Diario de un escritor en marcha: Escribir fantasía oscura
Introducción
Hay géneros que nacen para entretener. Otros para hacer pensar.
Y luego está la fantasía oscura: esa que imagina mundos irreales, y los utiliza para hacerte dudar.
Lugares donde lo mágico y lo real conviven.
Donde los personajes no siempre son héroes y los finales no siempre son felices.
Donde escribir no es huir, sino explorar las zonas más oscuras de lo humano.
En este capítulo de mi diario quiero compartir cómo ha sido para mí escribir desde ahí, y por qué creo que hay una belleza distinta en esos paisajes sombríos.
No toda la fantasía es evasión
Cuando hablo de escribir fantasía, muchos imaginan espadas, dragones, princesas y profecías. Y no está mal. Pero la fantasía también puede ser áspera, turbia, tangible.
A veces, cuanto más se aleja de la realidad, más claramente refleja lo que vivimos, lo que somos.
La culpa, el deseo, el poder, la pérdida, el miedo a lo que no entendemos.
Escribir desde la imaginación me permite hablar de todo eso sin disfrazarlo, pero también sin necesidad de explicarlo.
Narrar sin miedo ni promesas felices
En estas historias no todo se resuelve. No todos los personajes encuentran lo que buscan. No todo es bonito y por consiguiente falso.
Y eso —para mí— es más valioso que un cierre perfecto.
Quien lee fantasía oscura no busca entretenimiento fácil, sino una experiencia que le acompañe más allá de la última página. Que deje un rescoldo, un ascua encendida bajo la ceniza qeu haga pensar, o sentir, o recordar.
Crear mundos oscuros es escribir con cuidado
Inventar un mundo ya es complejo. Pero crear uno que tenga sentido exige equilibrio:
Que lo oscuro no sea excesivo
Que la belleza aparezca en pequeños gestos
Que haya una coherencia que sostenga todo
Y que el fondo no sea solo trágico, sino también revelador
Para mí, escribir este tipo de historias ha sido como avanzar por pasadizos oscuros con una linterna, sabiendo que hay zonas que preferiría no explorar, pero que tienen algo que contar y que hay que apuntar allí la luz también.
¿Por qué escribo fantasía oscura?
Porque me permite mirar el dolor sin edulcorarlo.
Porque los personajes son humanos, frágiles, pueden cometer errores sin que eso los defina.
Porque en medio de las sombras, a veces, descubro luces que en el mundo real no siempre son fáciles de ver.
Conclusión
No todo lo sombrío es negativo. No todo lo duro es destructivo.
Escribir fantasía oscura es, para mí, una forma de narrar desde el abismo, sin dejar de buscar belleza en lo que permanece oculto.
Gracias por acompañarme también en estos rincones narrativos.
Nos leemos, entre libros… y entre mundos.
Ignacio Chavarría
Escribiendo. Escuchando. Creando.