Ignacio Chavarría Díaz

IGNACIO CHAVARRIA
DIAZ

Ficción breve para mentes inquietas

Diario de un escritor en marcha: ¿Necesito un lector cero?

Introducción

Cuando terminé uno de mis primeros libros, me sentí entre el alivio y la duda. ¿Y ahora qué? ¿Está bien así? ¿Se entiende lo que quiero contar? ¿Alguien más debería leerlo antes de publicarlo?

Fue entonces cuando me encontré con el concepto de lector cero: esa persona que lee tu manuscrito antes que nadie, sin filtros, sin correcciones profesionales, y te dice lo que ve desde fuera.

¿Pero de verdad lo necesito? ¿A quién se lo doy? ¿Y qué pasa si me destroza el libro?

En este capítulo de Diario de un escritor en marcha, te cuento mi experiencia y mis conclusiones sobre este paso tan íntimo y delicado.

 

¿Qué es exactamente un lector cero?

Es una persona que lee tu manuscrito antes de que lo publiques o lo envíes a una editorial, para darte una primera impresión como lector, no como corrector profesional.
No se trata de pulir estilo, sino de saber si la historia funciona, si atrapa, si se entiende, si aburre, si emociona.

 

¿Es necesario tener un lector cero?

No es obligatorio. Pero sí puede ser muy útil. Especialmente si, como me pasa a mí, llevas meses (o años) metido en una historia y has perdido toda perspectiva.

Un lector cero puede ayudarte a:

  • Ver errores de coherencia que tú ya no ves

  • Detectar escenas confusas o que sobran

  • Comprobar si los personajes se entienden y evolucionan

  • Confirmar si el tono o ritmo funcionan

  • Medir si hay interés real por seguir leyendo

 
 ¿Quién puede ser tu lector cero ideal?

Aquí no hay una única respuesta, pero sí algunas cosas que, en mi experiencia, conviene tener en cuenta:

✅ Que no sea demasiado cercano
Alguien muy próximo (pareja, madre, mejor amigo…) puede no atreverse a ser sincero o, al revés, puede juzgar desde la confianza. Mejor alguien con un poco de distancia emocional.

✅ Que lea el tipo de libros que tú escribes
No tiene sentido pedir feedback sobre una novela distópica a alguien que solo lee poesía romántica. Cuanto más afinado esté el lector con tu estilo o género, más útil será su visión.

✅ Que sepa dar opinión sin corregirte como si fuera profesor
No necesitas un editor ni un purista gramatical, sino una lectura honesta desde el lugar del lector: lo que le ha funcionado, lo que no, lo que le ha hecho parar, lo que le ha enganchado.

 

¿Qué le puedes pedir (y qué no)?

🟢 Puedes pedirle:

  • Que te diga dónde se ha perdido o aburrido

  • Qué personaje le ha gustado más o menos

  • Si el final le parece coherente o sorprendente

  • Qué sensaciones le ha dejado el libro

🔴 Pero no conviene pedirle:

  • Que corrija ortografía o estilo

  • Que te diga cómo arreglar lo que no funciona

  • Que te confirme que tu libro “vale” o “no vale”

Eso último es tu camino. El lector cero no dicta sentencia, solo te presta sus ojos.

 

¿Y si no tengo lector cero?

No pasa nada. Hay alternativas:

  • Dejar reposar el manuscrito unas semanas y leerlo tú mismo con distancia

  • Leerlo en voz alta (te sorprenderá todo lo que descubres)

  • Participar en grupos de lectura o talleres donde otros autores dan feedback

  • Contratar una lectura profesional, si quieres algo más técnico y objetivo

 

 ¿Y yo qué hice?

He probado ambas cosas: dejar reposar, releer yo mismo… y también compartir un manuscrito con un lector cero (no escritor, pero buen lector del género).  Fue un antes y un después. Recibí comentarios que no había considerado y me sirvieron muchísimo para ajustar el tono y mejorar escenas clave.

No siempre fue cómodo, pero sí fue necesario.

 

Conclusión


Un lector cero no es quien valida tu obra, sino quien te ayuda a verla desde fuera.
Y si eliges bien, puede ser el mejor aliado silencioso de tu historia.

¿Tú usas lectores cero? ¿Te han ayudado?
Cuéntamelo si te apetece.
Nos leemos en el próximo capítulo.

Ignacio Chavarría
Escribiendo. Corrigiendo. Compartiendo.

Cuenta que te gusta